Muchas veces nos sucede que todo el tiempo estamos esperando la aprobación de los demás, y nos volvemos dependientes de sus opiniones. Es entonces  que dejamos de darle sentido a nuestros deseos… cuando obedecemos nuestros deseos empezamos a sentirnos más honestos siendo felices por lo que realmente somos. Siendo nosotros MISMOS

Cuando estamos pendientes  de lo que los otros piensan y de sus deseos, llegamos a olvidarnos lo nuestro, lo que pensamos y queremos.

Cuando tomamos conciencia de haber perdido mucho tiempo buscando la comprensión y el aprecio de los demás, es cuando podemos realmente desarrollarnos y ser realmente felices.

La incomprensión también la podemos aplicar a nuestras mascotas y que pensamos de ellas, podemos creer que  nuestra mascota es mala, que hace las cosas para fastidiarnos, que nos ha tocado “el perro más tonto”, un gato diferente, el gruñón, que hemos tenido mala suerte al elegir a nuestro compañero, pero siempre se trata de malentendidos, de falta de comprensión por nuestra parte.

Cuando educamos a nuestra mascota con amor y respeto  podemos facilitar entender muchos de sus comportamientos, como modificarlos o reconducir sus conductas a lo más deseado para una feliz convivencia.

Como parte del entendimiento, aprenderemos a utilizar su lenguaje, a través de señales de calma. Nos permitirá saber cuándo nuestra mascota se encuentra cómoda y cuándo no, podremos dirigirnos a ellas utilizando su propio lenguaje, y así fluirá la comunicación.

 

………Respetando, entendiendo y comunicándonos con nuestra mascota afianzaremos un vínculo basado en la amistad. Queremos un compañero que quiera estar a nuestro lado y no uno que tenga miedo a separarse de nosotros. Disfrutaremos así el placer de la mutua compañía.

Gracias por elegirnos!

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