Hoy te queremos contar algo sobre los pelos de los gatos, si bien algunas personas pueden desarrollar alergias hacia ellos, se ha contruído un mito popular respecto al pelo del gato y sus consecuencias en el ser humano.
Los pelos de los gatos no tienen nada que ver ni contagian la fibrosis pulmonar ni la toxoplasmosis, que es una enfermedad infecciosa ocasionada por un parásito, el cual es particularmente peligroso para las mujeres embarazadas porque afecta al feto, los recién nacidos y los ancianos, precisamente las personas vulnerables o con bajas defensas.
Los parásitos se encuentran en la materia fecal de los gatos como consecuencia de comer ratones o aves muertas. Si se lleva una buena limpieza de la arena del gato, no debe presentarse ningún problema.
Todos sabemos que los gatos son animales muy limpios y son los responsables de su propia limpieza. Su lengua cuenta con papilas cónicas que forman un cepillo natural, el cual les permite deshacerse del pelo muerto y de impurezas en el cuerpo cuando se lamen. Sin embargo, esto también puede ocasionarle problemas digestivos, sobre todo aquellos los gatos con poca actividad física, que no cazan o no tienen contacto con la hierba.
Estas actividades son necesarias para estimular su digestión y eliminar los pelos que se tragan. El vómito y el estreñimiento son señales de que hay problemas por la ingesta de pelo. Para contrarrestar los síntomas se recomienda una dieta alta en fibras solubles e insolubles, las cuales limitan la acumulación de pelo en los intestinos y facilitan las evacuaciones.
También es recomendable cepillar su pelo diariamente.
La batalla contra el pelo de gato nunca se gana del todo, pero se puede mantener a un nivel tolerable.
Para mantenerlo sano y bien alimentado hay que cepillar su pelo todos los días y en casa apóyate en una buena aspiradora para limpiar alfombras, pisos y sillones, usa productos adhesivos para recoger todo el pelo, y si tenés muchos gatos no elijas materiales que atrapen pelo tan fácilmente como las alfombras o las texturas rugosas.
Según estudios realizados, entre el 15% y el 30% de las personas con alergia sufren reacciones alérgicas a los gatos como también a los perros, aunque la sensibilidad a los felinos es casi dos veces más frecuente que a los perros.
A pesar de la extendida creencia de que el causante de las reacciones alérgicas es el pelo del gato, la culpable es una proteína de su piel. La piel del gato contiene una proteína alergénica llamada FEL D1 que, cuando se libera con la caspa, es todavía más dañina. Cuando se lamen el pelaje, los felinos extienden estas células de piel seca por todo su cuerpo y, cuando el pelo se desprende, las proteínas alergénicas se desparraman en los ambientes.
Cuando entra en el cuerpo de personas con un sistema inmunológico más sensible de lo normal a estas sustancias, la proteína provoca una reacción de alergia. En ese momento es cuando te afectará produciéndote estornudos, tos, picazón y en casos más extremos podés llegar a brotarte.
Diversos estudios científicos aseguran que hay algunas razas de gatos que son más hipoalergénicas que otras, es decir, que producen menos alérgenos. Eso no significa que no vayan a producirte alergia, simplemente las probabilidades son menores y, en todo caso, el efecto posiblemente será menor. El oriental de pelo corto, el balinés, el sphynx , son algunas de esas razas.
Se sabe que los gatos machos liberan menos secreciones de alérgenos, por ello en muchos casos se indica la castración y también está demostrado que los bebes que conviven con felinos tienden a no desarrollar alergias.
Como conclusión podemos rescatar que
El pelo de gato no es perjudicial para la salud en sí mismo o no lo es más que el pelo de cualquier otro animal domestico. La aparente “mala fama” del pelo de los gatos es consecuencia de que se les cae mucho y uno lo encuentra por todos lados!
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