Quien alguna vez no se encontró con la sorpresa de haber elegido un perro guardián y se encontró que al crecer, se comporta como un lindo gatito!
Que problema! En realidad hemos elegido un perro de características físicas imponentes y un carácter más que sumiso.
Podemos observar un comportamiento sumiso por medio de muchos signos diferentes. Los perros con este tipo de comportamiento tienden a encogerse hacia abajo cuando alguien simplemente los mira. Tratan de evitar el contacto con personas y prefieren vivir siempre protegidos.
Estos perros también pueden exhibir una sumisión extrema,pueden orinarse, incluso si el dueño los acaricia o toca. Y aunque para muchos, el comportamiento sumiso es un problema, no lo es en absoluto. En general lo asociamos a un problema cuando esperamos que ellos tengan una conducta diferente a lo que realmente son.
Cuando la sumisión excede en gran medida, es cuando realmente podemos comenzar a pensar en ello. Algunas razas como Los Beagles, Basset Hounds, Golden Retrievers y Setters irlandeses son por naturaleza razas sumisas.
Pero como podemos determinar si nuestra mascota es Sumisa o no?
Hay acciones o rasgos de comportamiento que lo indican claramente como tener la tendencia a tirarse hacia el suelo cuando le hablamos, tienden a darnos la pata con facilidad cuando nos acercamos o llenarnos de lambetazos en forma descontrolada cuando le hablamos.
Cuando nosotros somos de una naturaleza dominante generamos un efecto sobre el comportamiento de nuestro perro. Muy lejos de ser violentos o agresivos intencionalmente, podemos mostrar una figura dominante que afectará al perro con seguridad. Mirarlos directamente a los ojos es un claro ejemplo de cómo pueden cambiar su actitud cuando fijamos la vista en ellos, seguramente motivaremos su ansiedad.
Cuando percibas que tu mascota es sumisa, tendras que acercarte y tratar de agacharte para ponerte a su altura.
Los perros que presentan un comportamiento sumiso con otros individuos de su especie, deben ser capacitados adecuadamente para superar sus problemas de ansiedad. Nunca debemos exponerlos a otros animales agresivos. Y es parte de la educación que le proporcionamos ayudar a construir su confianza para que un futuro pueda afianzar su carácter y sus niveles de autodefensa y protección de sus dueños.
Una vez que se afianzó, el paso siguiente sería exponerlos a los perros tranquilos o los que no son muy agresivos, permitirle jugar y tener contacto con mascotas juguetonas y no violentas.
Algunos especialistas en conducta aseveran que acariciarlos en forma de masajes los ayuda a calmarse, el gusto por los masajes terapéuticos los ayuda a liberar endorfinas y encefalinas, asi que podés sentarte al solcito con tu perro y le das unos buenos masajes, comenzando por la parte posterior, los laterales y por ultimo su cabeza y su panza.
Otra forma de tratarlos es a través del juego terapia donde podemos ayudarlo a sentirse más seguro y tranquilo, siempre sin forzarlo a hacer nada en contra de su voluntad. Juegos como tirar de una soga mordillo permitiéndole ganarla o pequeños premios ganados y alentados por sus dueños, lentamente harán que gane esa confianza que ha perdido por algún incidente o simplemente lo tiene por naturaleza.
Tambien tenemos que entender que los perros equilibrados intentan evitar el conflicto, eso les mantiene sanos y vivos. Hay otros que han aprendido que mediante la agresividad pueden conseguir las cosas porque no se les permitió hacerlo de otra manera o hay perros a los que un exceso de miedo les puede llevar a tener conductas agresivas.
Por ello podemos confundirnos y pensar que tenemos un perro sumiso y en realidad tenemos un perro equilibrado que nos demuestra ser mucho más inteligente de lo que pensamos.
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